martes, 24 de enero de 2012

Economía

Cuando la “torta” no da para todos y escasean las porciones  de dinero,  es cuando comienzan los grandes problemas  y la recriminación a los gobiernos, mayormente entre aquellos sectores  de la población que tienen mejor nivel económico.  Y el Gobierno por lo  general los  escucha, porque como dijo  J.E. Stiglitz (2002) “..en la palestra de la economía internacional, las voces de los intereses comerciales y financieros se oyen mucho más que la de los intereses de los trabajadores y los consumidores”

domingo, 22 de enero de 2012

Domingo

No me gustan las  tardes de los domingos... hace mucho tiempo ya.. es el trozo de semana que me sobra, no lo quiero y por eso he pensado en regalarlo.. Pero nadie lo quiere, ni siquiera regalado.. Claro, me refiero a los que son de nuestra misma condición, los que no necesitamos ese "tiempo" para llevar los niños al parque o para ir al cine con la  pareja..

Y entonces lo usamos para reflexionar... Siempre pienso los domingos.. pienso más de la cuenta y cuento más de lo que pienso.. Hago el balance del día, la semana, el año, los años.. y siempre me da negativo.. Y entonces camino,  porque caminando encuentro la luz y  revelo el negativo.  Esa luz proviene de los gestos, las miradas y las sonrisas de los rostros que encuentro en mi camino, entonces  sucede en mi pensamiento lo mismo que en la fotografía con el líquido revelador,  las partes oscuras comienzan a verse claras y poco a poco desaparecen las sombras y aparece el positivo para plasmar en el papel..

viernes, 20 de enero de 2012

Debajo del puente

Vivía debajo del puente. Contrariamente a los que todos pensaban era feliz, a su manera claro. No lo comprendían. Para él la felicidad estaba en despertarse cada día de verano junto a los pájaros. Ver como las cigüeñas formaban su nido en el campanario…  No oír su canto sino despertar con ellos. Su libertad era ver pasar la vida y no rendirle cuentas..

Compañeros de trabajo

Con su ojo y medio el encargado de plancha supervisa  mediante gruñidos la labor de Javier, novato en este oficio pero muy antiguo en el local. Se diría que desde que nació percibe y convive con el grasiento olor de las salchichas, el humo hediondo que despide el beicon al contacto con el hierro caliente y los regaños de Francisco, el parrillero. Es que Javier es propietario, o lo será algún día junto a su hermano Diego que también trabaja en el Mesón.

 Dos empleados, dos hermanos, dos personas totalmente desiguales entre sí, pero que si observamos con atención tienen individualmente rasgos comunes a su padre, Juan Manuel, el jefe. Jefe para todos, nadie se lleva ninguna distinción, los lazos sanguíneos no existen cuando de negocio se trata. Con su amorfo cuerpo de barriga saliente, da órdenes sin cesar  desde su puesto preferido, el taburete frente a la caja registradora. El lugar del dinero, el lugar del poder, que tímidamente ocupan sus hijos  en  raras ocasiones.

Ramón con su lento andar se desplaza  mediocremente por los pasillos del habitáculo, llamémosles, mesón, cafetería, comida rápida.. no importa el nombre, es el mejor entre los comercios gastronómicos de la feria. Ramón no tiene prisa. Nunca. Así estén ardiendo los bocadillos, o esté el barril de cerveza agotado y haya que reponerlo. Para que apurarse, son once años trabajando en el  mismo sitio. Es el cansancio, la resignación, la desidia,  lo que genera en él  ese carácter despreocupado e insulso. Su desproporcionada nariz sobre el arrugado rostro, junto a su baja estatura y sus  grandes orejas  le ha merecido un apodo. El Feo.

Todos lo llaman así, con ese nombre lo conocí yo cuando comencé a trabajar, y no me extrañé, le hace honor al mismo. Pero Ramón bendecido o no por la belleza, posee algo que el resto de sus compañeros  nunca podrá lograr. Ramón es el único al que se le presta la furgoneta, y la razón no es precisamente su cara. Es una cualidad que brilla por su ausencia entre el resto de los empleados. El Feo no bebe alcohol, por no beber no bebe nada, si toma un café al día es noticia de portada en el gráfico mesonero.
El Jefe solo da las llaves al Feo, porque posee la certeza de que es el único conductor capaz de llegar en hora con su personal. Es bien sabido que conduce mal, un desastre en la vía. Adelantos innecesarios, velocidad no permitida, frenazos bruscos.. pero el test de alcoholemia nunca dará positivo.

El viaje matutino desde la caravana a la feria donde se encuentra el Mesón es paradójicamente divertido. La furgoneta es para cinco ocupantes, pero somos siete empleados o sea que vamos siete. Las dos personas que sobran, o mejor dicho los dos asientos que faltan están prefabricados en el guarda bultos trasero. Un hueco diminuto donde con las cabezas casi al ras del suelo para no ser visto por los guardias, viajan diariamente en un trayecto de veinticinco minutos, a los dos que le tocó cara en la moneda. Estamos excluidas del sorteo María y yo. Nuestra condición de mujer nos otorga beneficios  en ciertas ocasiones.

María lleva pocos años, tres si acaso trabajando allí. Es sencillamente encantadora. El mismo despiste en persona,  es incapaz de relatar que sucedió la noche anterior, porque la mezcla de cerveza con  drogas de su andar nocturno, produce amnesia en su cerebro y un gran malestar físico por las mañanas. Al igual que todos nunca falta a trabajar. Dormimos los siete en la caravana. Las noches son raras allí. Yo duermo sola en la caravana hasta que llegan todos los demás. No me puedo quejar, trato de meterme pronto a la cama, tengo un pequeño radio y toda la caravana para mí, hasta que llegan… La una, las dos, a veces las tres de la mañana.

Llegan borrachos. Si alguien está sobrio excepto Ramón claro - que acompaña asiduamente al  resto del grupo y pierde horas de sueño sin ningún motivo aparente - es pura casualidad. No son los ruidos, o el aliento alcohólico, sumado al humo del cigarro que  con sus tatuadas manos, Sergio aún  trae encendido, lo que me despierta. Son las malolientes zapatillas de Diego. Ese es el motivo de la grotesca discusión. El olor es insoportable. Insultos, gritos.. al final lo de todas las noches alguien las coge  y  las tira por la ventana. Pero no es posible tirarle los pies y el mal aroma continúa confundiéndose con el resto de  olores desagradables. Son las cuatro casi, sigo en silencio y casi me duermo con el murmullo que prosigue al alboroto. Mañana será otro día, a las ocho comienza la labor, comienza la función.

(2006)

El Sur también existe..

El Sur existe en todas sus facetas. Existe con su desesperanza.. con su falta de estímulos..con sus dificultades.. con sus carencias.. con su perenne pobreza,..con su hambre incesante que se denota en la mirada ausente y triste  de sus víctimas.. con los niños desnutridos de barrigas grandes y estómagos vacíos.. con sus gobiernos corruptos apoyados por los países del norte..con las injusticias.. con las guerras.. con la miseria vista por muchos y callada por todos..

El sur existe en todas sus facetas. Existe con su permanente agradecimiento solo por vivir un día más, con su brillante sonrisa frente a las adversidades de la vida, con su paso firme y decidido hacia el futuro, con sus fiestas, sus colores, su plato diario de arroz  colmado de sueños, con su mirada alegre llena de esperanza, con su júbilo, sus niños felices de pantalón corto pies descalzos y gran corazón..

El sur existe con su  generosidad,  su solidaridad, su humildad, su deseo siempre de ayudar, dispuesto a ofrecer un plato de comida a los demás, de abrir la puerta a todo el que llega, de dar mucho y no pedir nada a cambio. El sur existe en su  gente, el capital humano, del que tanto habló Marx algún día y que hoy hemos olvidado..

Pan con pequitas

“Pan con pequitas”, así llamábamos mi hermana y yo al pan con moho.. nos divertíamos con la frase y la cena se hacía más amena.. A veces ni siquiera había pan con pequitas.. se podía comer sin pan, pero no se podía faltar a la Facultad, se podía pasar frío en el invierno porque el gas  y  la electricidad no estaban económicamente a nuestro alcance.. se podía andar todo el año con el mismo pantalón y las mismas zapatillas pero no se podía faltar a estudiar..

El estudio era lo único que te salvaría.. se puede nacer pobre, eso no lo elegimos.. pero se puede elegir no ser ignorante. Cuando éramos niñas leíamos con la luna, sí con la luna, cuando estaba llena alumbraba más que el candil de queroseno. Nunca me arrepiento de haberlo hecho, así comenzó mi interés por los libros, y así también mi adoración por la luna...

(2005)

Rememorando a Lorca

Federico García Lorca  no se decidió en su corta vida, si ser poeta o dramaturgo. Es difícil calificar si fue más dramaturgo que poeta, o más poeta que dramaturgo; fue tan bueno en un estilo como en otro. El año 1936, año muy particular pues se estaba gestando la guerra Civil española, sorprendió a Lorca en su profesión de dramaturgo, escribiendo  "La casa de Bernarda Alba". Obra trágica que terminó de escribir el 19 de junio de ese año, dos meses antes de ser asesinado por orden del Gobierno Civil.

En esta obra Lorca hace una especie de protesta, denunciando  mediante los textos que luego serán representados, las injusticias que se desarrollan en una sociedad gobernada  por los hombres. El argumento hace alusión a  un drama sobre mujeres, en los pueblos de España. En una casa desprovista de figuras masculinas, conviven las represiones, la intolerancia y las injusticias; llevadas a cabo en su mayoría por quién tiene  el rol de ejercer el mando en la casa.

Los personajes lucen a mi entender un excelente vestuario, pues mediante él reflejan la situación en la  que viven. Todos los integrantes de la casa, desde  Bernarda la madre, hasta sus cinco hijos y la criada llevan vestidos negros, pues el trama comienza con el luto en la familia. Los personajes transitan por la casa provistos de desesperanza, luchan con sus propios deseos, deseos reprimidos y excluidos en un mundo hecho para hombres. Los moradores conviven entre el luto y el machismo exacerbado que tiene en Bernarda su cruel ejecutor.
La intolerancia es el punto clave de toda la obra, que junto a la autorepresión y la conspiración conducen inexorablemente a un final trágico. Final que denota la violencia explícita en el ámbito familiar, pero oculta frente a una sociedad dispuesta a marginar a quienes transgreden las reglas.

(2003)

           

Semejantes

Subiendo las cuesta venía la mula. Con apero y armazón de madera, caminaba lentamente. El tintinear del cencerro colgado  de su cuello anunciaba su llegada por el camino empedrado. No venía sola. Su dueño la acompañaba, guiando sus pasos involuntarios, tirando de sus riendas. El animal tenía buen aspecto. Pelo brillante y lomo tozudo. De barriga ancha y fuertes patas , meneaba la extensa cola sin cesar; en afán de ahuyentar las moscas que le perturbaban. Su crin abundante, caía en diagonal por el ancho cuello. Sus grandes ojos miraban ansiosos el ramillete de hierbas que a escasos metros de distancia el hombre traía en su mano.

José cuidaba más a la mula que a sí mismo. Desprovisto de dientes, con los pantalones raídos, la camisa mal abotonada y agujeros en ambas zapatillas, transportaba su única riqueza  a través de los valles.

La mula. Hermoso animal que lo acompañaba día a día en su tarea. Era pues razón suficiente y necesaria el cuidar lo mejor posible de ella. Su cabello grasiento y despeinado no tenía comparación con el hermoso pelaje del cuadrúpedo.  Sin embargo su hablar sereno, despreocupado y tranquilo era muy similar a la forma en que el animal masticaba – con su dentadura completa – los frescos pastos recién arrancados.

Se diría que en un mismo lenguaje gestual, expresaban su agradecimiento a diferentes intereses. El animal agradecía el buen trato y alimento diario. El hombre agradecía de la mula su existencia.

(2004)

Mentira

Encima de la débil llama de un viejo primus, está el jarrón de esmalte verde.  El vapor que de éste se desprende impregna la pequeña habitación de un rico aroma a café.

Pensativo, limpiando con un pañuelo las gafas, está el joven hombre sentado frente a la máquina de escribir que yace sobre una gastada mesa de roble, en la que también se encuentran debidamente ordenados unos cuantos libros, varias carpetas.  Y sobre un grueso diccionario, al lado de una lata vacía que sirve de portalápices, abundante en colillas, se encuentra un cenicero humeante.
La papelera está repleta de papeles a medio escribir, es difícil concentrarse en el estudio cuando se ha perdido el trabajo. No era mucho lo que ganaba en la fábrica, es cierto,  pero alcanzaba para pagar el alquiler y “comer” todos los días.

Sin apuro el hombre se levanta, apaga el primus y sirve en una taza el café. Se dispone a sentarse cuando oye dos suaves golpes en la puerta; es Jaime el dueño de la pensión que le entrega un sobre.

Carlos agradece, cierra la puerta y se apresura a leer la carta. Sonríe, bebe un sorbo de café y se sienta nuevamente frente a la máquina. Quita la hoja en la que estaba escribiendo y coloca una en blanco, es la contestación a la carta  apenas  recibida lo que está redactando, ......no te preocupes mamá todo está bien...

(2003)

Decisión

El pelo protestándole al viento, los brazos abiertos en señal de liberación de un pasado insípido, sin proyectos, sin fracasos , vacío...

A juzgar por el ángulo que forma su figura  inmóvil en el espacio, está dispuesto a lanzarse, sin excusas, sin miedo, sin preguntas.

El impulso llegó y es la hora, el camino recorrido es menor al que queda por recorrer. Pero este nuevo camino es diferente, viene cargado de esperanza, de ilusión por comenzar a vivir la “vida” y no importa cuán difícil sea el futuro; hoy es el día para comenzar a vivirlo..

(2002)