Estás caminando sobre el Puente de Piedra que une la ciudad de Logroño con el cementerio, y tus ojos miran a lo lejos y divisan una montaña que rompe la armonía del horizonte con imperfectos rasgos y peculiar forma; e inmediatamente acude a tu mente la curiosidad de saber cuál será el nombre de ese monte que se eleva sin miedo en la verde planicie.
Entonces señalas con el dedo y preguntas a la primera persona que se cruza en tu camino ¿dígame, cómo se llama esa pequeña cima? La palabra pequeña es ofensiva en este contexto para cualquier logroñés, pero intentan desoírla y responden ¿cuál el León Dormido? ¿ese es el nombre? No, pero todos aquí le llamamos así por la forma que tiene ¿la forma? Claro, acaso no lo ve.
Ahora el que señala con el dedo es tu interlocutor, esa la cabeza y las orejas y el cuerpo ¿no lo ve? y las patas y los pies.., no..sí, claro..perfecto..lo sé..pero por más que lo miras al derecho y al revés..no lo ves..ni despierto ni dormido, simplemente no lo ves.. y sigues viendo una montaña que tiene por nombre un apodo que todos afirman le hace honor al mismo ¿León Dormido es el nombre o el apodo? Ya no importa..vaya a ser que se despierte.